En esta realidad las cifras y los datos estadísticos, evidencian el nacimiento o en el mayor de los casos el reforzamiento de las brechas de desigualdad en la sociedad como lo es por ejemplo en el caso de las mujeres y las niñas, quienes han asumido aún más responsabilidades domésticas y de cuidados; al mismo tiempo, que los índices de violencia contra ellas se han acentuado. O como lo son las brechas en el avance tecnológico que se evidencia en su esplendor cuando en el contexto coyuntural sanitario se tuvo que recurrir a una educación virtual, mostrando un sistema educativo poco capacitado para hacerle frente a estas nuevas barreras de educación, lo mismo que paso con el sistema de Salud, tan mínimo con el que se disponía y se dispone hasta el momento.
La subida del dólar frente al sol, una coyuntura política, que mantiene en zozobra a la población, que alimentan miedos colectivos, por la suma de una nueva crisis financiera, que perjudica la economía y aumenta el coste de manutención, que directamente aprieta al sector menos favorecido que incremento debido al desempleo que genero el COVID en su escala más fuerte en el periodo del 2020.
Sin embargo, lo que más preocupa actualmente es el orden psicológico de los miembros de las familias que se han visto totalmente fragmentados y que se ven agravados por incertidumbres e inseguridades de todo tipo como la discriminación, la exclusión y la violencia; y por elementos relativamente nuevos, como los medios sociales, que repercuten en el comportamiento social y psicológico debido a los traumas que se forjan producto de los problemas no atendidos.
En el país ahora existe una preocupación por este tema dado a los diferentes sucesos que han salido a la luz donde se reluce una problemática desatendida, que no solo repercute en las familias sino también lo hace en los índices de desarrollo humano, tal como lo muestra el Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo donde se miden tres aspectos fundamentales la longitud de la vida, el logro educativo y los ingresos económicos, donde Perú se ubica en el ranking 84, lo que contextualiza todo lo mencionado que está relacionado a los diversos ámbitos que se han visto perjudicados.